Resumen. La cruda realidad actual ha enseñado que la corrupción es un fenómeno que afecta, en mayor o menor grado, a numerosos países y que ha adquirido características transaccionales por lo que requiere soluciones a ese mismo nivel. En el caso de América Latina, la presencia e historia de la corrupción es común a todos los países de la región, por lo que es necesario convocar a una acción integral, coordinada y conciliada, que conduzca a una mayor probabilidad, eficiencia y transparencia en la gestión estatal y el uso de los recursos públicos.